La pirámide empresarial mexicana
México esté en el momento más importante de su historia en lo que se refiere a emprender. Esto nos lo dicen las cifras demográficas más allá de cualquier gobierno en turno. Y Es que México tiene más jóvenes que nunca, con un promedio nacional de 29 años de edad. De igual forma, nuestro país jamás había tenido tantas unidades empresariales constituidas, contándose estas en varios millones. Estas cifras, colateralmente generan la población económicamente activa más grande de la historia en nuestro territorio, además de la base fiscal más amplia de la cual se haya tenido registro. Así, en México hay millones de jóvenes, un mercado laboral en máximos históricos, y una cadena de emprendedurismo sin precedentes que llena las arcas gubernamentales con un presupuesto generoso.
México pues vive máximos históricos en sus niveles de productividad. No habrá marcha atrás después de estos gloriosos tiempos, dado que la demografía cambiará para siempre. Hoy las familias en México tienen 1.8 hijos en promedio, y la pirámide poblacional se revertirá desde…2020.
No obstante, los números macroeconómicos no parecen reflejar esta realidad histórica. Esto es porque las empresas en México, se han mantenido demasiado pequeñas:
Lo que esta pirámide nos refleja, es que de un país de 130 millones de habitantes, se derivan 70 millones de figuras jurídicas dadas de alta (personas morales y personas físicas con actividad empresarial). De ellas, sabemos que el 97%, se inserta en la economía a manera de “empleado”, o bien de “autoempleado”, es decir empleos de 1 a 5 personas. De ahí, observamos que sólo 1.3 millones de empresas han logrado crecer a la categoría de contratar a más de 10 empleados (nótese que no se consideran las empresas “factureras”, que sumaban más de 700 mil según el gobierno actual, y no se consideran en el conteo).
Para seguir creciendo, el paso a ser una gran empresa se complica. Sólo 8 mil negocios en México logran facturar más de $500 millones de pesos al año. Es decir, el .001%. Ni hablar de las que salen a bolsa a buscar deuda u ofertas públicas iniciales, que son algunas empresas en toda la historia del país.
Siendo así, podríamos considerar que hemos sido una generación “desaprovechada”. Las empresas no han logrado trascender en su legado y tamaño para convertirse en verdaderos motores económicos que cambien el rumbo del país. Quizá hemos sido nosotros, que no hemos sido lo suficientemente ambiciosos para perseverar en el tiempo con esfuerzos de largo plazo…o quizá haya sido la política pública, que impide que los negocios crezcan por la falta de incentivos fiscales, financiamiento masivo e infraestructura territorial para competir internacionalmente.
La realidad en que quizá sea una combinación de ambas. México debe aprovechar este momento histórico de juventud y fuerza demográfica. Si lo hacemos bien, podríamos convertirnos en la tercera o cuarta economía más fuerte del mundo.
Dr. Enrique Presburger (epresburger)
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