El juego de las sillas en México: Se apagó la música

El juego de las sillas en México: Se apagó la música

Sí, a todos nos preocupa nuestro México. Nos preocupa mucho, y buscamos desesperadamente saber qué es lo que está pasando y hacia dónde vamos desde distintas fuentes como pláticas de sobremesa, redes sociales, noticias, y videos explicativos.  No obstante, este tipo de reacción frenética que tenemos como sociedad mediatizada nos priva de podernos frenar en seco y pensar desde una perspectiva un poco menos personal.

Fue así que llegué a la metáfora del juego de las sillas. En México, la clase empresarial se mantenía sentada en un juego cómodo amenizado con música tranquila y monótona; hasta que un presidente llegó para apagarla y quitar varias sillas a través de la cancelación del aeropuerto, la refinería de dos bocas, rebaja de calificaciones crediticias, las licitaciones canceladas, o el sobreendeudamiento de PEMEX entre otras sacudidas que lograron lo siguiente: Que la clase empresarial tenga que levantarse corriendo a buscar nuevas sillas para no quedarse sin lugar.

El moverte y levantar la mirada te obliga necesariamente a dejar tu silla. Dejarla te implica estudiar el espacio en que te mueves:

  • “Pepe y Toño” deben ponerle nombre a su empresa: En México, el 65% de la población trabaja en la economía informal sin pagar impuestos, otorgar prestaciones o seguridad social-médica. En la parte formal, el 25% se denomina como “freelance”, lo que denota empresas que tienden a ser cada vez más chicas o unipersonales, y tienen menos posibilidad de trascender en generación de valor, marca y empleo. Sólo 0.2% de las empresas del país son grandes, el resto desaparecerá en su lapso de vida promedio de 7 años sin dejar un legado corporativo. Este escenario es la receta perfecta para la polarización social, la violencia, y la pérdida de poder adquisitivo.

Debemos de retar el discurso emprendedor convencional de este país centrado en el éxito personal. Si la clase empresarial no se fortalece, no tendremos contrapeso contra la clase política.

  1. Requerimos que las Universidades se alineen realmente con el ecosistema empresarial y no sean mundos distintos.
  2. Debemos lograr que las asociaciones empresariales generan una agenda de verdadera representatividad de sectores económicos y dejen de ser “Clubes de Toby”.
  3. Necesitamos empujar la creación de ONG’s que generen sus propias cifras y estudios económicos que permitan hacer contrapeso de argumentación y no sólo de opinión pública al gobierno.

En fin, estas son algunas ideas que deben de nacer de los ciudadanos, y sobre todo de los sectores privados. Aprovechemos que nos hemos levantado finalmente de nuestra zona de confort. Hay que generar un contrapeso organizado e integral. Lo necesitamos.