¿Hacia dónde vamos en 2019?

¿Hacia dónde vamos en 2019?

Encontrarse en un estado nacional de “limbo o indecisión” es lo peor que le puede ocurrir a un país. Y es que la incertidumbre genera parálisis, quietud y duda. A la larga, termina importando poco si la raíz del estancamiento es real o especulativa, pues el daño se consuma en nuestra vida cotidiana verdadera. Por lo tanto, el consejo más importante sobre el próximo año es: No dejar de moverse.

Aquí una perspectiva de lo que viene, y de lo que podemos hacer al respecto:

Economía:

  • Lo que va a pasar: El mercado es objetivo y tajante, y no tiene paciencia explicaciones. Van a detenerse las inversiones privadas y saldrán algunos capitales del país. Podemos esperar sin duda un peso menos fuerte con devaluación continua, situación que ocasionará un alza de tasas de interés con inflación difícilmente contenida. El consumo por lo tanto va a bajar, la inversión y el crédito se van a encarecer, y el crecimiento económico a desacelerar. Con el aumento de tarifas eléctricas y del salario, se perderá competitividad en algunos sectores.
  • Lo que podemos hacer: Concretamente, como empresarios habrá que comprar coberturas cambiarias y de tasas de interés. También amarrar buenos créditos bancarios que aseguren montos y costos adecuados de crédito ante la reducción de liquidez en el mercado. Habrá que permanecer con dinero disponible para compras de oportunidad, y sin duda aprovechar que algunos grandes corporativos se paralizarán en sus procesos de toma de decisión. Es momento de ganar “market share” para las PYMES.

 Política:

  • Lo que va a pasar: Habrá que anticipar políticas públicas que tenderán a favorecer el fortalecimiento de la industria nacional. Si bien esta noción es positiva, corre el peligro de contaminarse con medidas populistas que curiosamente debilitarán al país. El subsidio popular descontrolado en elementos como desempleados, estudiantes y precios de gasolina causara desequilibrios. De igual manera, grandes inversiones sin sentido como la refinería suscitaran críticas internacionales y provocarán incertidumbre institucional.
  • Lo que podemos hacer: Hay que participar con el gobierno en la transformación del país. Muchos puestos políticos actuales serán ocupados por gente poco experta por el hecho de que Morena no tiene la militancia suficiente para abastecer las plazas que ganó. Por lo tanto, el gobierno necesita asesoría. Es por eso que es preciso inscribirse en cámaras empresariales y enlistarse en asociaciones de la sociedad civil. Hacernos escuchar de manera organizada es la única manera de hacer un contrapeso y orientar al gobierno entrante.

Social:

  • Lo que va a pasar: El discurso de equidad tiene su base en la polarización. Ya lo estamos viendo en redes sociales y literatura mediática. Con militares por las calles y una sociedad fragmentada, no auguramos precisamente un entorno pacífico. Habrá que esperar el acomodo de las fuerzas informales de la economía y el crimen organizado.
  • Lo que podemos hacer: Hay que extremar precauciones. México está ya dentro de los países principales en delitos cibernéticos, feminicidios, secuestros, desapariciones de periodistas, asesinatos y muertes relacionadas al crimen organizado. La recomposición social debe ser profunda, y nos toca ser parte de ella. Educación formal y no formal es la única salida.  

En resumen, ante la pregunta “¿hacia dónde vamos en 2019?”, la respuesta es clara: Viene un año difícil y de cambios. No obstante, eso no significa que será un año negativo. Muy por el contrario, es un año de oportunidades, donde sin duda empezarán a atacarse problemas de fondo del país. Con respecto a los aspectos complicados, depende que seamos actores y no espectadores el rumbo que tome nuestro gobierno. Así, es momento de que todos pasemos de la opinión a la acción.